5/27/2008

La "normalidad" del PP

La primera señal de unión del PP en un buen tiempo ha sido el esfuerzo común por informar a los medios de comunicación que están exagerando, que en realidad no pasa absolutamente nada dentro del PP, o al menos, nada anormal, nada noticiable, nada opinable. El mensaje de todos es que la normalidad reina en las filas del PP.

Esto implica además que los informes que pretenden "escandalizar" con que algunos miembros del PP le griten a un dirigente del PP como Gallardón "asesino" son producto de cierta irresponsabilidad periodística interesada, probablemente rojojudeomasónica. Y que destacar que algo así como el líder moral de la derecha agreste dedica largas horas a cocinar insultos contra el líder de su partido es innoble, pues pasa todos los días en las mejores familias.

Vaya, que el mensaje de la "extraordinaria placidez" del franquismo donde "vivíamos en paz" que nos regalan los Mayor Oreja y las San Gil se traslada ahora a un partido en el que la lucha fratricida está a punto de producir la creación de al menos dos partidos, uno de extrema derecha correspondiente al más clásico pensamiento fascista (véase nuestra entrada "¿Fachas?") y otro de un conservadurismo más dócil y democrático, neoliberal en la economía, recatado en lo social, menos intervencionista en lo privado y más pudoroso en sus intimidades con la iglesia. Digamos, toda proporción guardada, los lepenianos y los sarkozianos

Pero la "normalidad" del PP es tan creíble, y hay tantos indicios de ella, como de las armas de destrucción masiva que, Aznar-Richelieu, dixit: "existen y las verá su señoría". Nadie se tragó el cuento de Aznar de aquél entonces de su desmoronamiento, ni se cree el cuento de Aznar del hoy en que lucha por trascender en su partido más allá de la imagen del pequeño falangista que fracasó en su sueño adolescente y les dio una derrota que aún les escuece.

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