Por supuesto, los dueños de la bandera pueden hacer con ella lo que les venga en gana. Por ejemplo, en los tiempos del reinado de Josemari Primerísimo, cuando ETA era el "Movimiento de Liberación Vasco" a ojos del gobierno que negociaba con ellos, muchos ayuntamientos vascos, principalmente, omitían el uso de la bandera española por haches o erres, pero los dueños de la bandera lo permitían con magnífico desdén. Niñerías, tonterías, nada para quitar el sueño al conductor de los destinos del estado, claro.
Pero con los socialistas en el poder, los dueños de la bandera han decidido de pronto, sin motivo aparente ni necesario, que esa práctica que toleró su jefe ideológico (quizá sea un exceso calificarlo así) resulta inaceptable que también la tolere, en aras de una convivencia pacífica que han decidido que no les conviene el gobernante socialista. Y lo hacen, claro, esperando que nadie se dé cuenta. Lo hecho por el PP no se le permite al PSOE por decreto. Punto.
Uno, que es de la vieja escuela, por los días de la fiesta nacional escuchaba antes que marchas militares y proclamas encendidas de gilipollas con ganas de poner un pie sobre un cañón gritando "muera la inteligencia", una vieja -o no tanto- canción de Víctor Manuel:
¿Cabemos?ESTO NO ES UNA CANCION
Cuando hablen de la patria
no me hablen del honor
no me cuenten batallas
gandas cara al sol
Tal vez si me contaran
que no importa el color
ni el sexo, ni la raza
o el bando en que luchó
Cuando hablen de la patria
no me hablen del valor
ni jueguen con el sable
ni tachen de traidor
al que la lleva dentro
pegada al corazón
y no anda por la calle
con ella en procesión
Cuando hablan de la patria
no olviden que es mejor
sentirla a nuestro lado
que ser su salvador
por repetir su nombre
no te armas de razón
aquí cabemos todos
o no cabe ni Dios.
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