6/27/2008

Recogiendo nueces

Hoy, de nuevo, ETA, por la vía de sus personeros políticos, mueve el árbol para que el PNV de Ibarretxe recoja las nueces, siguiendo la lamentable pero precisa metáfora de Xavier Arzalluz.

Ibarretxe logra al mismo tiempo aliarse con los terroristas del nacionalfascismo vasco para garantizar su permanencia política como lehendakari, en una acción electoral clarísima, y animar al nacionalfascismo español facilitando que se vuelva a acusar al PSOE de mantener la legalidad de los partidos que legalizó Aznar, y de no manipular a los tribunales para actuar antes contra esos partidos.

La combinación es aterradorar. ¿Es necesario todavía volver a argumentar la obviedad que significa el apoyo al gobierno legítimo de España y a Zapatero en medio de los ataques concertados de lo peor de dos mundos?

Tristes tiempos en que hay que defender lo obvio.

6/24/2008

La obligación de un gobierno

Mientras los dirigentes del Partido "Popular" sonríen porque la situación económica española no es tan buena como parecía, y se regodean cada vez que hay datos negativos, con ese ánimo mezquino que los caracteriza, el gobierno socialista realiza razonablemente bien su trabajo, un trabajo difícil pero un trabajo que no se puede hacer razonablemente de otro modo.

Un gobierno no puede promover el pánico entre su población, ni en situaciones de dificultades económicas ni en condiciones de crisis galopante, ni en situación de leve inseguridad ni en condiciones de guerra al borde de la derrota, ni en ningún otro escenario imaginable. El P"P" asegura que la "obligación" del gobierno, del PSOE y de José Luis Rodríguez Zapatero era decir desde el principio que el barco se había hundido, que España estaba por quedar detrás de Haití en indicadores económicos, que las chicas tendrían que ir todas a prostituirse a Rumania y los chicos deberían verse forzados a ir a trabajar en la industria de la construcción de Gambia, que esto era un desastre peor que el de la Alemania de la República de Weimar, el "corralito" argentino y el "error de diciembre" mexicano que provocó el "efecto tequila".

Ahora, si tal dijera el gobierno socialista, merecería el repudio más absoluto, aún si fuera cierto, que obviamente no lo es. Pero cualquiera sabe que una crisis económica, que depende no sólo de fenómenos objetivos sino de percepciones subjetivas, se profundizará ante la debilidad, incertidumbre o pánico del gobierno. Por el contrario, el manejo prudente de la situación por parte del gobierno ha conseguido que los grandes capitales que mandan en España no entren en situación de miedo, pese a los esfuerzos del P"P" por promover el desastre, que tanto les conviene. Decir lo que dice y hacer lo que hace es la única salida, y, lo más repugnante es que los señores del Partido "Popular" lo saben perfectamente.

Nada hay más temeroso que un millón de dólares, solía decir un amigo mío que tenía algunos. La obligación del gobierno es impedir que los millones de euros privados que mueven la economía sufran un irracional ataque de miedo que los paralice o lance fuera del país. La efectividad que ha tenido el enfoque gubernamental ante una situación económica internacional provocada por los grandes capitales especulativos se demuestra en que la bolsa no ha caído en picado, España aún no entra en recesión ni en "crecimiento negativo", y nada parece indicar que esta situación tenga tintes especialmente preocupantes en España respecto del resto de la Unión Europea ni que vaya a prolongarse más allá de los naturales ciclos económicos.

Zapatero está cumpliendo bien con su obligación como gobierno, lo sabe cualquiera, socialista o no. El P"P", por desgracia, cumple mal su función como oposición, porque una vez más, como durante los últimos cuatro años, su odio al PSOE y al gobierno, su pasión por dinamitar al adversario, no para mientes en el efecto que puede tener en la realidad de España, en los españoles, en el futuro. Su única misión de hacerse del poder a toda costa le impide hacer política bien hecha. Una oposición razonable y leal a los ciudadanos, por ejemplo, tendría a sus mejores técnicos proponiendo medidas para evitar la profundización de la crisis, exigiendo acciones concretas y, en todo caso, luego podría reclamarle al gobierno si no las aplica o humillarlo en la arena política si las aplica, pero sin sacrificar inocentes en el altar de su ambición. Acciones así, de oposición que ponga a los españoles por encima de los más bastardos intereses políticos están lamentablemente ausentes del panorama de los "populares", esa derecha española que se pierde entre sus odios internos y externos sin ofrecer nada útil, nada constructivo, nada que no sea agitación barata y propaganda de pocas luces.

6/20/2008

Rajoy: memorias de Pirro

Mariano Rajoy queda al frente del PP. Los sectores más ultras tanto en lo político como en lo económico se han quedado fuera de la directiva, en el berrinche jimenezlosantero, como mucho. Por otro lado, el sector medianamente civilizado que representa el alcalde de Madrid tampoco avanza pieza.

Entregar al PP en las garras de los copeperos (Pedro Jota, Cristina, Federico) empleando a Esperanza Aguirre como interpósita persona le habría consolidado al partido el apoyo mediático y electoral de al menos dos de las agrupaciones ultra que usan el nombre "falange" en su denominación, además de otros partidos de ultraderecha y sus votantes, de toda la fuerza de la AVT y de muchos que desean que el PP se defina como legítimo legatario del franquismo al grito "fuera máscaras". Muchos de los votantes y entusiastas de estas organizaciones preferirán sin duda invertir su voto en una minoría que consideran digna en su racismo y fascismo que desperdiciarlo en una derecha a la que conciben tibia y hasta entreguista con el separatismo y la laicidad.

Si, por otra parte, el PP hubiera sido asaltado por la derecha semicivilizada de Gallardón, que pretende inspirarse más en Churchill que en Hitler, habría recuperado a grandes cantidades de votantes que sienten que el PP ha ido más allá de lo decente en su desbocada ambición de poder. Incluso ciertos sectores de una autodenominada izquierda que se define ante todo por su odio al PSOE tendrían coartada para votar por el PP.

La permanencia de Rajoy no es ni lo uno ni lo otro, pero a ojos de ambos bandos parece, o se asume, como lo contrario. Los sectores ultras consideran que el rajoyismo (si tal existe) es una derecha débil, entreguista y poco masculina, mientras que los sectores suaves light no pueden olvidar fácilmente las "bonitas" experiencias de Rajoy manifestándose del brazo de la ultraderecha, sus delirantes acusaciones y su connivencia con personajes tan cuestionables como José Antonio Alcaraz.

Y es que nadie sabe qué piensa realmente Rajoy. ¿Es el hombre que sonreía cuando su jefe hablaba catalán en la intimidad o es el anticatalanista de armadura castellano-gallega? ¿Es el ministro que vio con buenos ojos el diálogo del aznarato con los etarras o es el furibundo antinegociaciones que pidió crucificar a Zapatero por hacer aquéllo a lo que lo había autorizado un congreso soberano? ¿Cuándo fue insincero y cuándo no Rajoy? Nadie lo sabe. Y cada día importa menos.

Al fin de este congreso de esperpénticos prefacios, el PP a duras penas puede aspirar, en el mejor de los escenarios, a repetir el número de votantes del pasado proceso electoral, insuficiente a todas luces para acceder a La Moncloa. La consolidación de Rajoy es la condena del PP (salvo que haya verdaderos terremotos políticos a corto plazo) a no avanzar en lo electoral, cosa que los adversarios de Rajoy dentro de su partido no es razonable que acepten sumisamente.

La guerra en el PP seguirá abierta, entonces. La unanimidad de estos días es, entonces, propaganda, y la victoria de Rajoy llama a la memoria inevitablemente a las batallas de Pirro de Épiro, que al vencer la batalla de Ásculo con un colosal número de bajas, exclamó: "¡Otra victoria como esta y estaré vencido!"

6/16/2008

Crisis, matrimonio y pánico

A falta de programa político convincente, la maquinaria propagandística del Partido "Popular" se ha convertido en una especie de censora lingüística encerrada en lo que se conoce como "debates semánticos", donde lo que se discute no son los hechos, sino las definiciones de las palabras.

Asegurar que la unión de dos homosexuales no debe considerarse "matrimonio" basándose en la definición vaticana de la palabra "matrimonio" (sin que el Vaticano sea, en modo alguno, experto reconocido en matrimonios ni vida en pareja, pues lo más a lo que se considera "pareja" en el mundo sacerdotal es al menor de edad del cual se está abusando en el momento) fue la punta de lanza de la ofensiva religiosa del PP. Ahora, por contrario, omiten las definiciones de los expertos en economía para llamar "crisis" a la situación económica española, por cierto que disociándola del resto de los países en las mismas condiciones por esto de la globalización. ¿Crisis en la economía alemana? No, claro que no. ¿Crisis en Francia? Ni de coña. Crisis en España, sólo, y por supuesto que por culpa del gobierno, es decir, del PSOE.

La afirmación de más de un portavoz del PP de que ellos le llaman "crisis" a lo que les da la gana, sin importar la definición "de manual" de los economistas (y porque evidentemente no han vivido nunca una verdadera crisis como la mexicana del "error de diciembre" de 1994 o la argentina del "corralito") implica que seguirán asustando a la ciudadanía con una palabra cuyos verdaderos alcances son aterradores para la población. Para un ciudadano común y corriente, "crisis" implica perder la casa, quedarse sin empleo, comer hierbas, poner a trabajar a los hijos sacándolos de la escuela, curarse con remedios caseros por falta de médico y reducirse a la situación, pongamos por ejemplo, de la Alemania de Weimar, donde la inflación galopante, la devaluación minuto a minuto y el derrumbe de la economía con un endeudamiento feroz representaron un nivel de desesperación tal que un demagogo sin escrúpulos muy admirado por Francisco Franco pudo subirse a la locomotora del estado alemán y poner en peligro al mundo entero regalándonos además alrededor de un centenar de millones de muertos.

Es evidente que cualquier ciudadano español se preocupa si le dicen, día sí y día también, que ése es su futuro. No importa que no lo sea, que la situación económica española no se ajuste a ninguna definición de crisis, ni crecimiento negativo, ni profundas perturbaciones en la economía, ni depresión económica, ni caída brutal de la producción. Pero eso es economía. En la realidad no hay expectativas de que el nivel y calidad de vida de los españoles se vean radicalmente alterados en los próximos meses o años. Caracterizar la situación como "crisis económica" es un despropósito que sólo tiene objetivos propagandísticos. Y electorales, claro.

Lo malo de los excesos retóricos a los que es tan afecto el Partido "Popular" es que destrozan la comprensión. Si el que España pase de crecer el 4% a crecer el 2.4% es una "crisis", ¿cómo le llamamos a lo que ocurre cuando en el Tercer Mundo la gente pasa de comer a morirse de hambre?

Seguramente en Génova 13 tampoco lo saben.

6/12/2008

Objeciones para consideración del juez

Antonio Martín González, magistrado del Juzgado Contencioso Administrativo de Huesca, emitió un auto en el que equipara la “preparación de un menú escolar diferente para los musulmanes” con la objeción a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, y ha permitido a tres niños no asistir "cautelarmente" a las clases.

Don Antonio, no haré mofa, aunque se presta, a su símil gastronómico, salvo para hacerle saber que la educación no es un menú ni un plato combinado, porque parece no haberse enterado, y no es lo mismo no comer jamón por asuntos religiosos que negarse a enseñarle a los niños su obligación de respetar los derechos humanos porque uno sea fascista. La diferencia no es trivial, señor juez, en modo alguno.

¿Acaso, señor juez, considerará el mismo símil hostelero si un ciudadano presentara su "objeción de conciencia" al álgebra, considerando que es como comer carne en viernes para un fiel católico, y permitiría que los hijos del objetor dejaran de asistir a clases de matemáticas? ¿Y si considera que historia y cultura de las religiones es como un chuletón para un vegetariano y objeta a esa materia? ¿Y qué diría, señor juez, si la "conciencia" de algún padre le indicara que "ciencias de la naturaleza" (en 1º y 2º) y "biología y geología" (en 3º) deben objetarse, y exigiera su "derecho" de privar de esa enseñanza a sus hijos?

En realidad, el derecho a recibir una educación de calidad es un derecho de los niños y los jóvenes, tutelado por el estado. En el caso de la asignatura del falso debate, la gran mayoría de la gente ni siquiera sabe de qué se trata, ya que los portavoces de la ultraderecha se han encargado de enturbiar las aguas.

¿A qué objetan los "objetores de conciencia"?

Se oponen a que los niños de primaria estén expuestos al horrible "reconocimiento de la dignidad de todas las personas, del respeto al otro aunque mantenga opiniones y creencias distintas a las propias, de la diversidad y los derechos de las personas". No quieren que sus hijos escuchen nada sobre la "la igualdad de hombres y mujeres en la familia y en el mundo laboral", ni mucho menos quieren que se les hable a sus hijos de "la asunción de las propias responsabilidades", que son los elementos del primer bloque de la asignatura.

La conciencia de los objetores les reclama que no se diga a sus vástagos nada sobre "los valores cívicos en que se fundamenta la sociedad democrática: respeto, tolerancia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, cooperación y cultura de la paz", lo cual nos hace suponer que sus valores son más bien la falta de respeto, la intolerancia, la insolidaridad, la injusticia, la desigualdad, el nbo ayudarse, no cooperar y hacer la guerra, algo así como el aznarato ideal. En el mismo tenor, los hombres y mujeres que van a los juzgados quieren defender a sus herederos de saber cómo "abordar la convivencia y el conflicto en los grupos de pertenencia (familia, centro escolar, amigos, localidad) y del ejercicio de los derechos y deberes que corresponden a cada persona en el seno de esos grupos, identificando la diversidad, rechazando la discriminación y valorando la participación y sus cauces". Cosa horrenda, sin duda, pero no más que el detestable "respeto crítico por las costumbres y modos de vida distintos al propio y permite proporcionar elementos para identificar y rechazar situaciones de marginación, discriminación e injusticia social". Todo eso es el segundo bloque de la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.

Pero lo más odioso seguramente viene en el tercer bloque, que escandalosamente pretende informar a los tiernos alumnos de "la necesidad y el conocimiento de las normas y principios de convivencia establecidos por la Constitución". Toda una intromisiòn en el derecho de los padres a enseñarle a sus hijos que la Constitución española no merece respeto ni ser tomada en cuenta.

Uno duda mucho que el español común y corriente que no vive emborrachado por el odio jimenezlosantista considere que nada de lo que contempla la asignatura en primaria merece rechazo, al contrario, lo más probable es que, conociéndola, la apoye más gente.

Dejamos para la siguiente barbaridad judicial los cinco bloques de la asignatura para los chicos de secundaria.

6/10/2008

¿Por qué nadie se manifiesta frente a Repsol?

Uno de los más astutos trucos del nuevo capital, del capital globalizado, neoliberal y politizadísimo, es haber conseguido lanzar a la gente, a las víctimas de la globalización neoliberal privatizadora, contra el gobierno cada que las empresas deciden aumentar sus ingresos.

El caso del petróleo es ejemplar. El precio del petróleo no "sube" solo, de modo mágico, sino que "lo suben" los compradores y vendedores en los mercados de petróleo, a donde los extractores se lo venden a los transformadores... aunque habitualmente se trata de las mismas empresas y, más recientemente, del capital especulativo que destrozó el mercado hipotecario estadounidense, el mismo que encarece el cereal y que busca dónde multiplicarse a expensas de la gente común y corriente.

Una vez que ellos, empresarios, accionistas, especuladores, suben el precio del petróleo (de 10 dólares en 1998 a más de 100 en 2008, lo cual nada tiene que ver con la escasez de este bien, que no le engañen los defensores del "libre" mercado que nada tiene de libre), los productos del petróleo aumentan su precio de modo exponencial y sin relación con el aumento de la materia prima. Así, el litro de gasoil en 1998 costaba en España 23 pesetas, es decir, algo menos de 14 céntimos de euro, mientras que hoy el cuesta aproximadamente un euro, es decir, que "sólo" ha aumentado 6 veces.

Ahora, el precio del petróleo y sus productos no lo fija el gobierno, en modo alguno, y sólo proponerlo sería bastante para que el Partido Popular, el dinero y la iglesia en España prorrumpieran en una condena horrenda contra los estatistapopulistas criptorrojos y comunistas de playa.

Pero eso sí, los mismos políticos, financieros y religiosos ven con buenos ojos que los afectados por los aumentos que incrementan las fortunas de los que ya tienen de más se lancen a responsabilizar al gobierno, de modo que ocurra una de dos cosas: que se saquen fondos del gasto social del estado para financiar los aumentos a los carburantes, o su equivalente que es reducir los ingresos fiscales ofreciéndole rebajas a los transportistas (es decir, transferir grandes cantidades de recursos públicos a manos privadas, cosa que agrada mucho a la tríada mencionada), o bien que se establezcan por parte del gobierno esquemas de precios al transporte que encarezcan los productos de consumo, con el consecuente enfado de la población, que le pagará más por lo mismo a los de siempre.

En un caso, se debilita financieramente al gobierno, impidiéndole costear obras y servicios públicos, y en el otro se le afecta políticamente. En ambos, el que paga es el "consumidor", que es como se llama ahora al pueblo, beneficiando a los más pudientes. Y en todos los casos, se oculta efectivamente la responsabilidad real de los aumentos de precios, se defiende a los responsables y, sobre todo, se impide que sean llamados a cuentas ante la población. Ellos tienen sus periódicos, sus economistas, sus partidos políticos y sus esbirros para argumentar que el dios mercado está molesto porque no se le sacrifican suficientes víctimas, y que nadie puede hacer nada ante la terrible deidad, y sálvese quien pueda y todos contra Zapatero.

6/06/2008

¿Obama Ilich Uliánov?

Pablo Kleinmann, orgulloso fascista y estadounidense de origen argentino escribe en "Libertad" Digital que no le gusta Obama, lo cual es natural, tratándose de un demócrata que además no es blanco, que ya es delito a ojos de los orgullosos fascistas, porque aunque Kleinmann pretende suavizar el asunto diciendo que es "un candidato de origen negro, la verdad es que no sólo es de origen negro, sino que es negro, cosa que no debería ser tema de conversación salvo para los abrazafarolas que hablan de las cejas de Zapatero y el sexo de las ministras como si ello significara algo.

Pero en fin, Pablo Kleinmann, con su peculiar visión estadounidense, considera que "la victoria de Obama representa el triunfo del ala más izquierdista del partido".

La concepción "izquierda" no tiene vigencia real en la política de los Estados Unidos, como lo sabe cualquiera cuya educación política vaya más allá de los márgenes del Potomac. Los movimientos de izquierda en Estados Unidos nunca fueron relevantes (y cuando amenazaban serlo fueron reprimidos a sangre y fuego o cooptados). El bipartidismo estadounidense no es una lucha "izquierda-derecha", sino entre liberales y conservadores sociales, en un esquema más bien del siglo XIX.

Pero esto trasciende la capacidad de análisis de "Libertad" Digital, el diario online de Federico Jiménez Losantos, y llama al entorno de Obama la "extrema izquierda", dejando para la duda cómo calificaría, digamos, a Rosa Luxemburgo, a Gramsci o incluso a Noam Chomsky, lo más cercano a un izquierdista que sobrevive en Estados Unidos.

Las palabras tienen significado, por supuesto. Cuando un grupo ideológico reescribe el diccionario para convertir a los liberales sociales defensores del capitalismo y la hegemonía de Estados Unidos en "extrema izquierda" y fingir que ser orgulloso fascista, según Pablo Kleinmann, "significa defender las libertades individuales, los valores humanistas de Occidente y el sistema por el cual la gente puede elegir libremente a sus gobernantes", se ha perdido todo género de decencia. Triste espectáculo, que no deja de ser amargamente cómico, el de los victimarios convertidos en víctimas y los terroristas convertidos en vaya usted a saber qué, pero colgados del chaleco del dueño de "Libertad" Digital y gran Goebbels de la derecha neomilenaria.

6/05/2008

Hermann, entre Rosa y Esperanza

La espantada de Rosa Díez, junto con sus acólitos (incluido, lamentablemente, un Fernando Savater con la brújula extraviadísima), comenzó cuando Hermann Tertsch fue cesado en El País, cosa que enfureció al entorno de Rosa Diez, que empezó a enviar correos propagandísticos de muy baja estofa bajo el vacío marbete de "Plataforma para una Nueva Transición", que para mejor garantizar su anonimato utilizaba un correo gratuito de yahoo.es.

El 18 de abril, precisamente, se equiparaba la salida de Tertsch de El País con censura y se advertía que "joder, es que ya han empezado a caer muchos de los nuestros", enumerando, luego de clamar "¡Para esto no luchamos contra el franquismo ... !!" a "Rosa Díez, luego con Gotzone Mora, Jon Juaristi, Savater, Boadella, .... La lista es interminable y la conocemos todos".

Hablando con una retórica que por vez única hizo alguna proclama antiderechista y despidiéndose con el "abrazo fraternal y solidario" de la izquierda ortodoxa, además del "¡Pásalo!!!" antiaznarista, la nebulosa plataforma empezaba así a construir la opción electoral de Rosa Díez (y de sus acólitos, sí, sí, pero es que en ese "partido" no hay más que una persona que se vea, que escriba y que hable), desde la oscuridad, desde la falta de transparencia y de claridad, desde la agitación y propaganda más basales y retorcidas, donde nada se dice con claridad.

La defensa "izquierdista" de Tertsch se convirtió, en sólo 11 días, en una carta de Rosa Díez intitulada "¿No creéis qu eya ha llegado la hora?", donde, sugiriendo tener enormes y pesados apoyos dentro del PSOE, se dirige a los "militantes socialistas" que la mueven, que la impulsan, nos jura, con sus cartas, llamdas, correos electrónicos, SMS y señales de humo. Desde tan alta tribuna, Rosa advertía (todo mesías debe anunciar al demonio contra el que lucha): "lo que se está preparando es lo más grave de toda nuestra reciente historia democrática". No establece qué era, así que siempre puede afirmar que su valerosa carta lo impidió. Nada en su carta decía que había que votarla, que estaba en ello, que había cruzado su peculiar Rubicón, que los socialistas le interesaban poco desde que no la votaron, por el contrario, enviaba otro abrazo fraternal y solidario, y otro pásalo, y todo ello firmado por la plataforma en cuestión, que además se negaba a identificarse cuando uno, elector, ciudadano y en buenas relaciones con hacienda y con la ley, les preguntaba quiénes eran, por qué nos mandaban sus correos y qué pretendían.

Dos correos más al menos envió la plataforma fantasma antes de desvanecerse como toda organización clandestina de agitación y propaganda. El primero, cuatro días después de la carta fundacional del rosadiecismo, con un artículo que anunciaba orgulloso "Hermann Tertsch sigue en plena forma", donde este Jiménez Losantos con nombre más corto retomaba el "Zapatero rompe España" con una retórica nada singular: "no hay que ser Merlín para augurar zozobras tras este trienio de romper loza de convivencia y tejido social", decía, como tantos profetas fallidos. Dígame si el capotutticapi de la COPE no firmaría feliz, en forma y fondo, lo que nos dice Tertsch: "a estas alturas todo el mundo debiera saber a quién considera el presidente su enemigo y a quiénes aliados potenciales, hayan matado o no. Al fin y al cabo, también a su abuelo lo mataron". En fin, que el linchamiento zapaterista, el anti68 sarkozysta y otros temas posteriores ya están en ese farragoso y deshilado artículo hepático de Hermann Tertsch... en plena forma.

Ese Hermann Tertsch, adalid de la libre expresión (como Jiménez Losantos), defendido de la Plataforma para una Nueva Rosa Diez de abril de 2007, es el nuevo altavoz oficial de Esperanza Aguirre en Telemadrid, esa emisora que deja en plan de intento de manipulación a la televisión rumana y cubana al mismo tiempo, ese dechado de propaganda barata que haría a Goebbels derramar una conmovida lágrima. Sustituto del asalariado Sánchez Dragó al frente de los "informativos" de Telemadrid, Hermann Tertsch y sus ideas (que no son suyas, pues, pero como si lo fueran) es una puntada más en la confección del traje de las nuevas emperadoras, Esperanza y Rosa, cada día más cerca, unidas por una María San Gil "referente moral". El proyecto de la ultraderecha pasa, como siempre, no sólo por los ultraderechistas de origen, captados en la infancia, sino también por los más lamentables resentidos de la izquierda, los traidores que no piden siquiera treinta monedas de plata, sino tan sólo venganza por su ego maltrecho.

Así, ciertamente, no se construye el futuro de ningún país.