9/26/2007

Aznar: el chico de los recados

El acta de la reunión entre George Bush Jr., Condoleeza Rice y José María Aznar se configura, por una parte, como una conversación de un patrón con un mensajero de confianza, pero que no pasa de ser el chico de los recados. Se le manda a hablar con tal y cual jefe de estado y le cuenta sus secretos, como la fecha de la invasión a Irak, a sabiendas de que su empleadete no compartirá tal información con los votantes que le han dado el poder, esos españoles de los que Aznar buscaba que lo defendiera Bush, porque si bien el entonces presidente del gobierno español le reconoce a su admirado líder ideológico que "cambiando la política que el país había seguido los últimos 200 años", a los españoles no se los dice porque, delicados y puntillosos, se lo podrían tomar a mal.

La imagen de Aznar ha sufrido un golpe adicional, espectacular pero irrelevante. Lo que revela el acta filtrada a El País es lo que se sabía bien desde siempre, confirma su servilismo ante Bush y ante el nuevo imperio, su antieuropeísmo, su vena autoritaria y su mal uso del poder para promover su ideología.

Si el golpe contra Aznar tiene relevancia es, en todo caso, como parte de la lucha por el poder dentro del Partido "Popular". Los últimos movimientos de Mariano Rajoy para quitarle poder y entidad a Acebes y Zaplana, mano derecha e izquierda de Aznar, quien todo parece indicar que sigue mandando en el PP, podrían indicar que al fin el secretario general ha decidido jugar para asumir finalmente el poder en el PP, luego de una serie de elecciones poco afortunadas y ante encuestas que lo ponen en situación de desventaja ante el proceso del año próximo. En esas condiciones, el único que se beneficia (y sólo en cierta medida) de la publicación de esta acta es el candidato Rajoy y quienes lo apoyan incondicionalmente, sean quienes sean.

Las estrategias elegidas (por Rajoy, por el PP o por quien mande) contra Zapatero y el PSOE han fracasado en gran medida, y de modo bastante notable para el ciudadano de la calle. Los augurios de desastre para Navarra, para la economía, para la educación (con la nueva materia de educación para la ciudadanía), para el campo y para toda España y todo español no se han materializado en lo más mínimo, y ETA no ha entrado al consejo de ministros. Ahora es posible que vea que su mayor lastre es, precisamente, el hombre al que según alguna fuentes Rajoy culpaba del desastre electoral de 2004: "tú y tu puta guerra", se dice que reclamó el candidato humillado. Rehacer al PP a su imagen y semejanza y mandar realmente al retiro a José María Aznar parece, sin embargo, tardío y desesperado. Eso debió hacer Rajoy el mismo día de las elecciones fallidas, porque el poder que no se ejerce no se tiene, y Rajoy nunca ha ejercido un poder real en su partido, mientras que José María Aznar, aún como arquitecto de un desastre político de proporciones gigantescas, tiene y ejerce un gran poder en el imaginario de la derecha española y en su instituto político más visible.

Si Rajoy ha decidido jugarle un pulso a Aznar a pocos meses de la nueva convocatoria electoral, lo sabremos pronto. Entretanto, lo único claro es que el anterior ocupante de la Moncloa tuvo siempre más cariño y respeto por los ocupantes de la Casa Blanca y sus armas de destrucción masiva que por los españoles a los que les debía lealtad, dedicación y todo lo que juró en su toma de posesión. Rajoy, por su parte, parece que tendrá que elegir entre irse ya o irse después de una segunda derrota electoral. Nada de lo cual prefigura el retiro de Aznar, por supuesto.